
Cuando Audrey Utoyo habla de “genio femenino”, no evoca una idea romántica, sino una visión económica: devolver a la feminidad su fuerza transformadora en la sociedad. Periodista y presentadora de televisión indonesia, fundó Feminine Genius, una comunidad que une formación, fe y comunicación para promover una cultura del equilibrio, la reciprocidad y la belleza. “La mujer fue creada como Ezer — explica —, una palabra hebrea que significa ‘fuerza que sostiene’, la misma con la que la Biblia describe a Dios cuando ayuda a su pueblo.”
Para Audrey, no se trata de contraponer modelos, sino de reconocer una economía de la relación. En Indonesia, donde muchas narrativas sobre el empoderamiento femenino tienden a imitar modelos competitivos, su proyecto propone otro camino. A través de las redes sociales y de encuentros comunitarios, crea espacios donde las mujeres pueden compartir experiencias de vida y de trabajo, inspiradas en figuras de santas, pensadoras y testigos de la fe. Sus contenidos digitales llegan cada mes a miles de jóvenes, y la red que ha construido se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan una manera distinta de conciliar espiritualidad y liderazgo.
Con una formación en relaciones internacionales en Harvard y una trayectoria que la llevó de VOA Nueva York a TVRI World Indonesia, Audrey entrelaza palabra y acción, comunicación y compromiso. En 2024 fue invitada por el ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a un diálogo sobre juventud y desarrollo, llevando consigo una convicción simple: la belleza puede generar valor cuando se le devuelve su sentido más pleno, el de la armonía entre las personas, la comunidad y la tierra.
(Aquí al lado: Clarins, amiga y colega de Audrey, cofundadora del proyecto)


También Anna Micał-Čujová, socióloga eslovaca, parte de la misma intuición: que el cuidado no es un costo, sino una forma de producción. En su doctorado en la Universidad Jagellónica de Cracovia estudia a las madres emprendedoras de familias numerosas — las llamadas mumpreneurs of large families —, que transforman la vida cotidiana en empresa social. “Estas mujeres — explica — negocian cada día el límite entre afecto y producción, entre hogar y mercado, construyendo una economía silenciosa pero vital, hecha de relaciones y de tiempo compartido.”
Su trabajo combina sociología y política familiar para mostrar cómo las mujeres generan un valor económico invisible pero esencial: confianza, vínculos, capital social. Sus investigaciones narran una economía que nace desde abajo, donde los roles no se suman, sino que se entrelazan, y donde la maternidad se convierte en una fuente de creatividad e innovación. “Las madres emprendedoras — escribe — no se limitan a conciliar dos roles, sino que inventan uno nuevo: una manera de producir que coincide con el acto de cuidar.”
Las implicaciones de su trabajo alcanzan también a la política pública: reconocer y apoyar el emprendimiento familiar significa ampliar la definición misma de trabajo,
incluyendo el aporte invisible que sostiene el tejido social y económico de muchos países europeos.
En un tiempo que mide todo en términos de eficiencia, sus voces abren una perspectiva diferente: la belleza como principio económico, la reciprocidad como forma de riqueza. La economía no puede cambiar sin una profunda renovación cultural, y en este camino las mujeres, con su mirada, aportan una contribución decisiva.
Audrey y Anna viven en dos mundos lejanos — Indonesia y Eslovaquia —, pero comparten una misma visión: la economía no es un sistema de números, es una red de vínculos. En sus recorridos, el protagonismo femenino no es una reivindicación, sino una práctica: dar forma, en el trabajo y en la vida, a una economía capaz de generar belleza y futuro.
A finales de noviembre, sus voces se unirán a las de cientos de jóvenes de todo el mundo en el Global Event Restarting the Economy, en Castel Gandolfo. Allí llevarán sus experiencias y sus sueños por una economía que sabe respirar y regenerarse. El encuentro, que retoma los temas del Jubileo bíblico y se inserta en el 800º aniversario del Cántico de las Criaturas, será un gran laboratorio de ideas y proyectos para una economía del respiro, del perdón y de la liberación. Audrey y Anna, junto a muchos otros jóvenes, contarán cómo su visión de equilibrio y reciprocidad puede convertirse en el fundamento de una nueva economía.
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