João Paulo y el desafío educativo para lanzar modelos sostenibles

por Paola del Vecchio, Avvenire.

Joven sudamericano sensibiliza a la comunidad para a una sana gestión del consumo y la alimentación y está entre los participantes de The Economy of Francesco: «Demostremos que un mundo distinto es posible».

João Paulo Angeli es antropólogo de formación, especializado en diversidad cultural latinoamericana, con una fuerte vocación ambientalista. Se define como «un apasionado de la vida y del conocimiento» que, como educador popular socioambiental, le encanta transmitirlo. Dice: «Tengo una convencida fe en el ser humano y en el bien que puede hacer a toda la comunidad de vida». Y tiene una utopía: «Construir el pacto intergeneracional para nuestra casa común».

Es consciente de que la de los educadores es una mirada que puede generar cambio. «Ahora me dedico al estudio de la psicología ―dice João Paulo― porque he entendido que para los procesos de educación ambiental es necesario abrir la mente y el corazón de las personas. El corazón es la clave de la educación social». João Paulo, para los amigos JP, tiene 28 años y una larga experiencia en el terreno como líder juvenil de Carta de la Tierra, nacida de la conferencia de Río 92 sobre los principios que transforman la conciencia ambiental en acción. «En la primera etapa de mi vida trabajé como jefe de educación ambiental en la frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay, en las cataratas de Iguazú, y con el colectivo juvenil en la cuenca III del Paraná, partiendo de los procesos de cambio en la cultura ambiental injertados por Itaipú, el gigante hidroeléctrico, líder mundial en la producción de energía renovable», revela. Para el ambientalista, miembro del Observatorio de Paraná para los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 de la ONU, es necesario un compromiso total en un ecosistema con gran biodiversidad amenazado por la acción humana. «Uno de los objetivos de nuestra acción era sensibilizar sobre una gestión diferente del consumo y la nutrición», explica. «Empleamos el método de investigación y acción participativa, y fue agradable ver cómo una comunidad cada vez más grande comienza a comprender la importancia de una dieta orgánica, que no necesita de lo superfluo. Adoptar otra forma de pensar para un consumo consciente, con el trueque de bienes y productos». Luego, sin embargo, la pandemia vino a cambiar el curso de la vida de João Paulo. «Perdí a familiares y personas muy cercanas a mí», recuerda. Y desde el sur regresó en abril hace un año a la provincia de Espíritu Santo, como viceprefecto en Santa Teresa, el municipio donde nació: veinticinco mil habitantes, en su mayoría descendientes de inmigrantes italianos, hasta el punto de que el lenguaje de Dante es idioma cooficial. «Dejé el sector terciario para entrar en la acción política y desarrollar temas ambientales como secretario de Planificación y Asuntos Estratégicos y jefe de Gabinete de la Prefectura», explica. Un mandato de cuatro años para poder marcar la diferencia.

João también llegó a Economía de Francisco por su experiencia en el laicado, ya a la edad de 24 años presidente del Consejo de Laicos de la provincia de Paraná, que reúne a dieciocho diócesis. «Cuando escuché el llamamiento del Papa Francisco a los jóvenes economistas y agentes de cambio, reflexioné mucho. Ello encendió la chispa que tenía en mi corazón para la visión teológica, filosófica, de las transformaciones en el mundo, que tienen en la economía el nodo central. En la Comisión Económica para América Latina tuvimos muchas discusiones sobre la participación de las personas en la gestión del cambio. Bergoglio dijo basta, esta economía ha llegado al límite. E indicó la necesidad de un debate coherente para que las personas puedan tener la oportunidad de vivir, de superar las desigualdades». «Con la encíclica Laudato si’ ―recuerda―, el papa ha puesto en el centro de la Iglesia la cuestión del medio ambiente, que hoy muchos sacerdotes y obispos de las diócesis han comprendido e incorporado al debate eclesial». Precisamente en función de un paradigma diferente, en el grupo Francisco y Clara de EoF, João Paulo se ocupa de los temas de vida y estilos de vida.

«Alimentarse con productos orgánicos es un acto político», comenta. «Es un asunto económico, social y socioambiental». En el evento EoF del 22 al 24 de septiembre en Asís, el joven viceprefecto va «con el corazón abierto al encuentro». «Con nuestras actitudes y acciones podemos demostrar que otro mundo es posible. Lo que no es posible ―añade― es hablar de economía sin hablar de educación». Para explicarlo, JP recurre una vez más a la realidad: «Ahora tengo la responsabilidad de la gestión financiera en Santa Teresa, pero si hablo de planes plurianuales, los ciudadanos no entienden. El desafío es que entiendan la economía. Estamos hablando de una administración que gestiona una deuda pública por la que pagamos el doble para amortizarla, aunque nadie haya hecho nunca una auditoría. Ahora podemos proponerlo».